
“Llevo estudiando inglés durante 15 años, pero no siempre tengo éxito”, se quejó una vez un amigo. Clases aburridas en la escuela, clases faltadas en la universidad, intentos de estudiar por su cuenta, nada trajo resultados tangibles, porque no era sistemático, de vez en cuando.
Un par de años después, nos volvimos a ver y no podía creer lo que veía. ¡El hombre hablaba inglés con fluidez! Resultó que después de nuestra reunión anterior, se apuntó a cursos que no le desagradaban y simplemente no faltaba a las clases: iba estrictamente tres veces a la semana por la mañana.
Trabajo como editor en una escuela de inglés, vivo en Columbia y además estudio el idioma. Un horario fijo hace cosas increíbles con nosotros, aquí hay algunas de ellas.
Reduce el nivel de estrés

Todos los días tenemos que tomar cientos de decisiones, desde muy pequeñas (té o café, camiseta blanca o azul) hasta que cambian la vida (si renunciar a su trabajo). Cuanto menos en la vida haya de sistema, más soluciones hay. Una persona con un horario apretado sabe que de 9:00 a 10:00 tiene una clase de inglés, de 17:00 a 18:00 – el gimnasio, y ya no piensas en eso.
Si no existe un horario como tal, existe la ansiedad provocada por la necesidad de tomar una gran cantidad de decisiones. ¿Debería ir al gimnasio ahora o terminar el capítulo primero? ¿Y si lo pospones para mañana? ¿Qué pasa si tengo que trabajar hasta tarde mañana? Esto te lleva al abismo de la procrastinación, provoca tensión nerviosa y episodios de regaños: “¡Nunca comenzaré a hacer ejercicio y nunca aprenderé inglés!”
Ayuda a aprender más rápido

En el siglo XVII, el científico René Descartes sugirió que durante el entrenamiento, algunas entidades invisibles e intangibles se escabullen en el cerebro humano que pisotean caminos en él: cuanto más a menudo pensamos en un pensamiento, más ancho es el camino y más fácil es para nosotros. nosotros para recordar la información necesaria. Tres siglos después, los científicos estaban convencidos de que Descartes tenía razón: así es como se forman las conexiones neuronales.
Cada vez que aprendemos algo nuevo, el cerebro crea un “camino” entre las células nerviosas. Cuanto más lo usamos, más fuerte es el vínculo. Pero si caminas por el sendero una sola vez, después de un tiempo volverá a “crecer con hierba”. La analogía es más que primitiva (de hecho, todo es mucho más complicado), pero clara.
El cerebro funciona de una manera “usa o pierde”. Si la información no se pone en práctica, se olvida muy rápidamente. Después de una semana, no más del 20% de todo lo que ha aprendido en la clase permanece en tu memoria. Pero las caminatas regulares y frecuentes a lo largo del “camino” lo expanden rápidamente, y ahora ya no tienes un camino forestal, sino una carretera de ocho carriles con estaciones de servicio.
Por eso es importante practicar con regularidad: esto mantiene la pérdida de información al mínimo. Esto significa que cada vez dedicarás menos tiempo a revisar lo aprendido.
Forma el hábito

No todos los científicos creen que se forme un nuevo hábito en 21 días. Un estudio del University College London de hace unos años descubrió que se necesitan 66 días en promedio. O más. O menos. En definitiva, como dicen los ingleses, it depends.
Lo más importante en la formación de hábitos es la regularidad, no la intensidad. En base a esto, los metodistas de Skyeng han desarrollado un maratón gratuito “Crea el hábito de estudiar inglés”. Únete a nosotros para recibir tareas útiles y sentir paso a paso cómo es más fácil leer, escuchar y hablar inglés.
No tiene sentido trabajar en el hábito durante cinco horas seguidas, sino una vez a la semana: trabajarás en exceso, odiarás el inglés y no lograrás nada que valga la pena. Pero las clases tres veces por semana (incluso durante 30 minutos) crearán muy rápidamente la sensación de que el inglés siempre ha estado en tu vida. El curso te ayudará a cultivar esta regularidad.
Disciplina

Si lees las biografías de grandes personas, notarás que cada segundo tenía un horario increíblemente claro. Beethoven, Le Corbusier, Benjamin Franklin: todos siguieron el mismo horario día a día. ¡Durante años, décadas! Y nadie diría que es aburrido. Al contrario, una rutina diaria estimulaba la creatividad y la productividad.
Saber que los lunes, miércoles y viernes estás estudiando inglés de 18:00 a 19:00 de la tarde hará que sea mucho más fácil para ti formar tu horario en torno a él y más difícil perder una clase. Y si no quieres confiar en tu memoria, simplemente agrega clases a tu calendario y establece recordatorios. Después de dos o tres semanas, no serán necesarios: las clases encajarán orgánicamente en el horario de tu semana.
Y ¿qué hacer si faltas a clases?

No pienses que eres débil de voluntad y perezoso. Mejor piensa en por qué está pasando esto. Puedes buscar en nuestra lista de motivos.
- Ya estás abrumado y estás superando tus límites. Todo lo que necesitas ahora no es una clase de inglés adicional, sino unas vacaciones (y lo antes posible).
- Estás sacrificando otro hábito favorito. Por ejemplo, te obligas a estudiar por la noche, cuando normalmente ves programas de televisión, y ahora las clases rompen el ritual habitual, y tú te enfadas en tu interior mirando “The Guardians”. No lo hagas de esta forma.
- Estás tratando de estudiar en un momento inconveniente para tu cuerpo, por ejemplo, el sábado por la mañana, cuando realmente quieres dormir y no tener problemas con la pronunciación de la palabra squirrel. Todo el mundo tiene diferentes horas de máximo rendimiento, y probablemente tú conozcas las tuyas: programa clases cuando percibes mejor la información.
Y no te asuste si faltas a una o dos clases. Esto no significa que no tengas voluntad. Regresa a tus clases lo antes posible. Cuanto más estricto sea el programa que establezcas, antes obtendrás los resultados que deseas. Aprende a hablar con fluidez con extranjeros, prepárate para un examen internacional, consigue el trabajo de tus sueños. Y sentirás que la vida está llena de nuevas oportunidades.